A nadie se le escapa que Fuerteventura es una isla llana, árida y con muy baja pluviometría. Estas características son favorables para que no se desarrollen sistemas boscosos en ella. Sin embargo, esto no fue siempre así.
Hace siglos, quizás milenios, la zona central de la isla, la que corresponde con el macizo de Betancuria, tuvo un bello bosque termófilo del que todavía quedan vestigios.
Cuando los primeros europeos pusieron pie en tierras majoreras, a principios del siglo XV, la vegetación era mucho más abundante de lo que es en la actualidad. Por aquella época, los pequeños bosquetes de palmeras, tarajales, y acebuches dominaban buena parte del sistema central de Fuerteventura. Desde entonces las áreas verdes han ido descendiendo drásticamente.
Uno de los pocos enclaves en los que podemos disfrutar de espacios arbolados se encuentra en el Castillo de Lara.
El pinar del Castillo de Lara
El pinar del Castillo de Lara se localiza muy cerquita de la villa histórica de Betancuria. Está dentro del Parque Rural de Betancuria. Es un pinar de repoblación que representa el único monte catalogado de utilidad pública de la isla.
Los ejemplares situados en las vaguadas más abrigadas, llegan a alzarse hasta los 15 metros de altura.
En este paraje único en Fuerteventura, caracterizado por albergar una diversa población arbórea, tendrás la ocasión de contemplar ejemplares de pinos canarios, higueras, piteras, almendros, acacias majoreras y acebuches. Los endemismos vegetales más representativos del pinar son el jorao y la cuernúa.
Además, durante las épocas de mayor humedad se desarrollan especies micológicas muy interesantes. Más de una treintena de hongos diferentes, entre los que se encuentran los champiñones, se pueden observar en las umbrías del pinar. Eso sí, debido a que los periodos de humedad son extremadamente cortos, la vida de estos hongos es también efímera.
Entre los animales más destacables que merodean por el Castillo de Lara están la lisa majorera, la tarabilla canaria, el herrerillo majorero, el cernícalo, la aguililla y la lechuza. El pinar del Castillo de Lara está declarado como zona de especial protección para las aves (ZEPA).
El pinar del Castillo de Lara no solo es un curioso enclave para los amantes de las plantas y la observación de pequeñas aves. Es también un lugar de esparcimiento, ideal parar ir con familiares y amigos, pero, sobre todo, para que los más peques de la casa disfruten del contacto con la naturaleza. Dentro del pinar de Betancuria hay un área recreativa equipada con barbacoas, fogones, columpios, mesas, aseos y amplias zonas de aparcamiento.
Historia del pinar de Betancuria
La idea de crear áreas boscosas en Betancuria data de mediados del siglo XIX. Por aquel entonces, varios ingenieros buscaban una manera de que, Fuerteventura, pudiera acumular el agua suficiente para abastecer las necesidades de la época. Recordemos que hace dos siglos no se habían construido ni presas, ni galerías de agua, ni molinos que extrajeran el agua del subsuelo de forma eficiente. El único agua que había en la isla procedía de lo que se conseguía recoger de los nacientes, de las norias de tiro y de la lluvia.
Los Ingenieros de Minas y Montes del siglo XIX se dieron cuenta que la pérdida de arbolado generaba una disminución de la humedad del aire, y una alteración de las temperaturas, contribuyendo a la degradación del suelo. Pensaron que la reforestación, principalmente de coníferas, ayudaría a frenar esa degradación.
El plan de reforestación de las cumbres majoreras no llegaría hasta 1934. El Cabildo compró varios terrenos en el municipio de Betancuria, concretamente en Parra Medina y Castillo de Lara, con la idea de reforestarlos. Su objetivo, no solo era el de salvaguardar el suelo de la degradación ocasionada por las fuertes escorrentías aluviales, sino también el dar empleo a una abultada masa obrera en paro.
En 1935 el Cabildo pidió a las instituciones de las Palmas de Gran Canaria que enviaran, a Fuerteventura, tres mil árboles variados, frutales y de monte, para su distribución y plantación.
Cada pocos años llegaban nuevas remesas de árboles a nuestra isla.
En 1941 llegaron 6.000 pinos, enviados desde Gran Canaria, ejemplares que serían plantados en el macizo de Betancuria. Las especies utilizadas para la repoblación fueron pino canario, pino carrasco, pino radiata y acacia majorera.
A mediados del siglo XX fueron 25.000 plantones los que recibió Fuerteventura.
A pesar de todos los esfuerzos realizados, pocos eran los árboles que consiguieron sobrevivir.
En la actualidad los campos majoreros, y en especial el pinar de Betancuria, ya no se reforesta con pinos sino con plantas endémicas en microparcelas, mejor adaptadas a nuestro clima.
¿De dónde proviene el nombre de Castillo de Lara?
Al ver el nombre de Castillo de Lara podríamos pensar que por la zona hay o hubo algún tipo de fortificación castrense.
Al parecer, según varios historiadores en lo alto de un cerro cercano existió una pequeña torre de vigilancia que levantaron los aborígenes y que después readaptaron los franco-normandos.
¿Cómo llegar al pinar del Castillo de Lara?
Acceder al área recreativa del Castillo de Lara no es complicado, ahora bien, tendrás que estar pendiente de las indicaciones para no pasarte la pista que te llevará hasta este rincón.
Si quieres visitar el único pinar de Fuerteventura tienes que llegar hasta la carretera FV-30, que conecta Betancuria con Vega del Río Palmas. A unos 2,5 kilómetros de la Villa histórica (Betancuria) encontrarás un camino, a mano izquierda, por el que hay que desviarse. Un cartel colocado sobre una estructura de cemento te indicará que, el pinar del Castillo de Lara se encuentra a 1,5 kilómetros.