Amanecer y despertarse con el murmullo de las olas. Presenciar cómo los templados rayos de sol atraviesan las cristaleras de las ventanas. Escuchar cómo las gaviotas, con sus graznidos, se alborotan por un fisco de pescado. Sentir que el tiempo no pasa, que el ritmo majorero aquí toma toda su magnitud. Estas son algunas de las sensaciones que puedes experimentar en El Jablito.
El Jablito, es uno de esos enclaves que no esperas encontrar en una isla tan turística como Fuerteventura.
Aquí se viene, sobre todo, a desconectar, a contemplar como se mecen las barcas de los pescadores, a bañarse y disfrutar de su cala, y por qué no, a descubrir una de las ermitas más singulares de Fuerteventura, dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre.
Para los que no conozcan este rincón majorero, comentarles que, El Jablito, es un pequeño asentamiento pesquero del norteño municipio de La Oliva, situado frente a Montaña Roja y el Parque Holandés.
Historia de el Jablito
La zona de el Jablito, por su ubicación y por contar con una cala resguardada de los vientos dominantes, siempre fue un buen lugar para la pesca y el marisqueo. Algunos investigadores aseveran que era, en época prehispánica, lugar de asentamiento temporal de los mahos. Hay vestigios de concheros en sus proximidades con abundantes restos de malacofauna.
Tras la conquista y la colonización castellana, en la playa de El Jablito, los pescadores fondeaban sus barquillas. Poco a poco se fue creando una colonia constituida por un puñado de chozas. Una vez establecidos los pescadores, a finales del siglo XVIII, comenzó su transhumancia estacional. Solían quedarse en esta parte de la costa majorera durante el estío.
En el desplazamiento, desde sus lugares de residencia, a El Jablito se movilizaba a toda la familia, incluidas las personas muy mayores que pudieran valerse por sí mismas. La travesía se hacía en barco desde cualquier otro puerto de la isla, o por tierra, apoyados por camellos y burros que acarreaban los enseres de la casa.
El puerto de El Jablito sirvió de embarcadero de piedra de cal y diversas mercancías durante siglos. En los años 30 del siglo XX fue asentamiento militar.
Las primeras casas se levantaron con piedras, todavía quedan restos de algunas de ellas. Se conocían por el apellido de sus moradores: de los Chinchas, los Guerra, los González, de Andresito…
Con el boom turístico, pasado el ecuador del siglo XX, el tranquilo Jablito comenzó a sufrir el embate especulativo de unos pocos. En los años 80 se proyectó la construcción de varias urbanizaciones turísticas en su entorno, y un ambicioso puerto deportivo con capacidad para 400 embarcaciones, que se llamaría “Puerto Ventura”.
Los periódicos de la época lo anunciaban, a bombo y platillo, como el
“proyecto turístico de mayor envergadura que se pretende construir en Canarias”.
Contaría con dos hoteles de lujo de 420 habitaciones cada uno, 30 restaurantes, parque acuático, y más de 1000 apartamentos diferentes, todos de categoría de 4 estrellas. En total tendría 7.000 plazas alojativas.
La construcción de estas mega urbanizaciones daría empleo a 2.000 personas. Pero el promotor y empresario alemán Werner Bleiker, se dio de bruces con la obstinación de los majoreros, que deseaban que su humilde caserío pesquero se quedara como estaba. La lucha entre David y Goliat se reprodujo, otra vez más, en Fuerteventura, y aunque, el proyecto turístico nunca se llevó a cabo, los habitantes de El Jablito no pueden estar tranquilos. Cada pocos años se ciernen sobre sus cabezas proyectos especulativos, que avivan los fantasmas de antaño, la última vez fue en 2018, con otro proyecto de la misma índole, que se llamaría Costa Ventura. Tampoco se ha realizado.
En un paseo por las calles de arena de El Jablito podrás ver restos de una de las primeras casas, perteneciente a los Chinchas levantada en 1780, una pista de bola canaria, un parque infantil, espacios para el esparcimiento de los vecinos, chiringuito y horno tradicional incluido, y una emotiva escultura dedicada a Lola, vecina muy querida, que falleció hace ya unos años.
Ermita de la Virgen de la Caridad del Cobre
Una barca de pesca artesanal, pintada con los colores de la bandera canaria y varada en tierra, al oeste de la cala, acoge el reducido santuario en honor a la Virgen de la Caridad del Cobre.
Lo más curioso que observarás en el templo marinero son sus altarillos, elaborados con conchas.
Puede resultar extraño que una virgen directamente relacionada con Cuba, la religión Yoruba y otras religiones afrocubanas, tenga sus devotos en nuestra isla.
El fervor por la Virgen de la Caridad del Cobre fue importado por aquellos canarios retornados y que emigraron, a principios del siglo XX, a Cuba.
La Virgen de la Caridad del Cobre u Oshum, según la religión Yoruba es la reina de las aguas dulces del mundo, personifica el amor y la fertilidad.
Por cierto, el templo de la localidad de los Alares, en el municipio de Antigua, también se encuentra bajo la advocación de la Virgen de la Caridad del Cobre..
El 15 de agosto se celebran las fiestas patronales de El Jablito. Ese día se realiza una procesión marítima-terrestre por la localidad.
La Virgen es sacada de su capilla, por los vecinos, portada en sus andas decorada con ramos de flores amarillas, y llevada hasta las arenas de la playa. Allí es embarcada en una engalanada barquilla para ser paseada por la costa del pueblo.