Los Carnavales son las fiestas más coloristas y de mayor efervescencia colectiva del año.
Se celebran en todos los municipios de Fuerteventura, siendo los de Corralejo, Morrojable y Puerto del Rosario los que más público concentran.
Hoy nos centramos en la regata de Achipencos y la carrera de Arretrancos, dos eventos únicos, seña identitaria de los carnavales de Puerto del Rosario, y que más expectación suscitan en toda la isla. Miles de personas se reúnen cada año, en la capital majorera, para disfrutar de esos dos actos.
La carrera de Arretrancos
Los arretrancos son artilugios rodantes de vivos colores. Están fabricados artesanalmente y compiten, entre ellos, en una alocada carrera por las calles de mayor pendiente de Puerto del Rosario.
Los arretrancos ruedan gracias a la inclinación de las calles y al ingenio de sus constructores, por ello es imprescindible que tengan algún sistema de dirección, además de dispositivo de frenado. Así evitan cualquier lesión a los propios participantes y a los espectadores.
Para que la velocidad de los arretrancos sea lo más “natural” posible, no está permitida la utilización de cualquier elemento de tracción o propulsión mecánica, eléctrica o de combustión. A pesar de ello llegan a coger grandes velocidades. Todo ese impulso se verá frenado al final de cada tramo con un sistema de retención artificial y acolchado. Aunque los pilotos de arretrancos no suelen sufrir graves accidentes es obligatorio el uso de guantes, rodilleras, coderas, casco, etc. Además de ir disfrazados, claro.
Para celebrar la carrera de arretrancos, el ayuntamiento capitalino cierra, al tráfico rodado tradicional, las calles por las que los arretrancos compiten. Este año será por las calles León y Castillo, Virgen del Rosario y Teófilo Martínez Escobar.
Las personas que vienen a ver la carrera, recorren las calles por las que los arretrancos van a ser lanzados. El objetivo principal de este deambular sin rumbo fijo, calle arriba calle abajo, es ver el diseño del arretranco intacto. También se afanan en buscar al amigo, al familiar o al conocido que se ha metido en la desternillante aventura de ser constructor y piloto de arretranco. Durante la jornada todo son risas, chismorreos y efusivos saludos.
El punto donde más se concentran los espectadores es en las zonas finales de cada tramo. Todos están a la espera de si el arretranco y sus pilotos llegan a la meta de una sola pieza.
¿De dónde proviene el nombre de arretranco?
Arretranco es la derivación de arritranco, una palabra llegada de Cuba a finales del siglo XIX. Pérez Galdós la definió como “cosa vieja o inútil”. Con los años su significado ha sido ampliado. Ahora sirve también para definir a una persona poco importante, inútil, o despreciable. También a la mujer inmoral o de costumbres disolutas.
Como curiosidad comentar que, podremos ver, solo en el ambiente carnavalero, la palabra arretranco escrita también con K (Arretranko). Esto se debe a que hubo en Lanzarote, desde 1974, una murga masculina: “Los Arretrankos”, con su versión femenina “Las Arretrankas”. La costumbre de ver escrito arretranko con k, durante tantas décadas, ha originado cierta confusión incluso en las instituciones majoreras, que escriben arretranco tanto con K como con C.
Regata de Achipencos
A pesar de su juventud, poco más de dos décadas, la regata de achipencos se ha convertido en una de las citas más importantes del carnaval majorero. Miles de personas, llegadas de todos los puntos de la isla, se acercan hasta la avenida marítima a participar activamente, o como espectadores en este extravagante evento.
La regata de achipencos es otra alocada carrera, esta vez por mar. Sus orígenes se remontan a 1998 cuando el colectivo carnavalero-gastronómico, “Así Andamos”, ideó un acto original que diferenciara al carnaval de Puerto del Rosario. Esta regata se ha convertido en una de las señas identitarias del carnaval capitalino.
Los achipencos son artilugios elaborados con todo tipo de elementos, normalmente reciclados. Sus constructores intentan que flote e incluso que navegue, muchos sin éxito -e ahí la gracia de ver estos cacharros.
En su elaboración no se pueden usar partes de embarcaciones convencionales, ni siquiera tablas de surf. Tampoco se admite ningún sistema de propulsión que pueda ser perjudicial para el medio ambiente. Los tripulantes deberán impulsar su achipenco con las manos, con remos o palas artesanales.
Los achipencos recorren entre risas, máscaras y aplausos, los 1,5 kilómetros que les separa de la meta: desde el muelle comercial hasta la playa de los Pozos. Muchos achipencos no consiguen pasar de la primera escollera.
La regata se suele celebrar el primer domingo de carnaval para que, en caso de que tenga que ser suspendida por mal tiempo, aún quede el martes de carnaval para hacerla y que el laborioso trabajo de fabricar un achipenco no sea en vano.
Como reconocimiento al trabajo de muchos meses, el ayuntamiento concede varios premios a las naves que llegan a la meta con sus tripulantes. Valoran la originalidad y la creatividad, ningún premio se da a la velocidad o al primero que llegue a la playa.
Los premios suelen ser:
- Al mejor conjunto de acabados, disfraces, originalidad, etc.
- Al sistema más original e innovador de propulsión.
- Al mejor conjunto “achipenquil” construido y tripulado por menores de 14 años.
- Al mejor disfraz individual y colectivo.
¿De dónde proviene la palabra Achipenco?
Achipenco, en el contexto carnavalero de Fuerteventura, es el acrónimo de Artilugio Carnavalero Hidrodinámico Impulsado Por Energía No Contaminante Obviamente.
Ahora bien, la rica lengua canaria recoge la palabra achipenque archipenque, e incluso archiprenque como: trasto, cosa de escaso valor, casa o cueva ruinosa o mal formada. También terreno pobre y sin cultivar.