LOS MOLINOS DE FUERTEVENTURA

Si es la primera vez que visitas Fuerteventura, o estás buscando información sobre la isla, y has aterrizado en esta página, seguro que te habrá sorprendido ver la cantidad de molinos que se yerguen por toda la geografía majorera.

A nosotros nos sigue maravillando admirar esos gigantes, testigos mudos de un floreciente pasado, y nos embarga la tristeza cuando vemos algunos de ellos desvencijados por el tiempo.

Hoy queremos acercarnos a ese fisco de nuestra historia.

Antes de contarte el por qué se construyeron molinos en Fuerteventura, tenemos que puntualizar que, en esta isla, hay varios tipos de molinos. Por un lado, están los que sirven para extraer el agua del subsuelo. Son los aeromotores o molinos chicago, esos metálicos con muchas aspas, que te dan la sensación de estar en una película del Oeste Americano. Por otro lado, se encuentran los molinos harineros, que son los que traemos hoy a este blog.

Dentro de los molinos harineros de Fuerteventura hay dos tipos de molinos: Los molinos y las molinas.

Fuerteventura una tierra de cereal

Tras la conquista, a principios del siglo XV, Fuerteventura se colonizó por peninsulares, que se establecieron en los valles más fértiles de la isla.

Debido a las escasas lluvias y a las características propias del terreno de Fuerteventura, la economía majorera se basó, fundamentalmente, en una agricultura de secano. Se sembró trigo, cebada blanca, cebada romana, y centeno.

Si pudiéramos viajar al pasado la visión que tendríamos de la Fuerteventura, de aquel entonces, sería muy similar a la actual de las tierras castellanas.

Hasta el siglo XVIII, la transformación del cereal en harinas y gofio, se realizaba a pequeña escala, con molinos de mano y tahonas. Es a finales de esa centuria cuando, debido al aumento poblacional, se comenzaron a construir los grandes molinos en Fuerteventura.

Los Molinos de Fuerteventura

Los primeros molinos que se levantaron en la isla fueron los de tipo torre, los más conocidos por todos. Son de planta circular y forma troncocónica. Suelen constar de tres plantas de alzada. La primera estaba destinada a almacén, la segunda era dónde estaba el mecanismo de molturación, mientras que en la tercera planta estaba el engranaje principal del molino.

Los molinos tradicionales se rematan con una cubierta cónica o piramidal irregular de madera. Esta cubierta es móvil. Se puede orientar hacia la dirección del viento mediante un timón, situado en el lado opuesto de las aspas.

Este tipo de molino, por sus grandes dimensiones y por tener 4 o 6 aspas se solían levantar en las zonas más elevadas de los pueblos, al amparo de los vientos alisios.

Molino Domingo Hierro
Molino Domingo Hierro

A pesar de no estar reconocidos oficialmente, lo cierto es que, las siluetas de los molinos de Fuerteventura recortadas contra el cielo, se han convertido en uno de los símbolos y de las señas identitarias más representativas de Fuerteventura.

Todavía quedan varios molinos tipo torre en Fuerteventura, algunos, como el de Antigua o el de Tiscamanita, están musealizados y se pueden visitar.

Otros han sido restaurados por sus propietarios o por las instituciones públicas. Entre estos podemos destacar los  molinos de Villaverde, El Roque, Lajares, Llanos de la Concepción, Tefía, el Durazno, Era de la Corte,…

Por cierto, El Molino de Tefía es de los más singulares de Fuerteventura, pues es el único que queda en pie con 6 aspas. Cuanto mayor sea el número de aspas más fuerza tendrá el rotor.

Las Molinas de Fuerteventura

Las molinas son uno de los ingenios harineros más singulares de Canarias. Lo primero que llama la atención es su forma y el número de aspas.

Las molinas son, por lo general, rectangulares, de una sola planta y cuentan entre 4 y 12 aspas (siempre en número par).

Las molinas surgieron en la Palma, en la segunda mitad del siglo XIX. Fueron inventadas por Isidoro Ortega Sánchez. Las molinas que podemos ver en Fuerteventura son adaptaciones que realizaron los artesanos locales de los molinos de sistema Ortega. Funcionaban de forma muy similar al molino tradicional, pero con una maquinaria más simple, y una apariencia exterior diferente.

Su principal innovación fue que reunía en una única planta las actividades de molienda y manipulación del grano, lo que supuso una ventaja con respecto al molino, en el que el molinero veía dificultada su tarea, al tener que desplazarse constantemente entre las dos o tres plantas del edificio.

Otra de las características de la molina, es su ‘portabilidad’. La molina permitía a sus propietarios, en caso necesario, trasladar en un momento dado la torre y la maquinaria de molienda a una nueva edificación.

Todavía quedan en pie algunas molinas como la de Puerto Lajas, Lajares, “Manolo Hierro” en Corralejo, o la singular de Valles de Ortega con 12 aspas.

 

Preguntas Frecuentes sobre los Molinos y molinas de Fuerteventura:

 ¿Cuántos molinos y molinas hay en Fuerteventura?

Fuerteventura, con un total de 23, es la isla que más molinos harineros tiene protegidos. Desde los años 90 del siglo XX, estas estructuras están consideradas B.I.C (Bien de Interés Cultural).

¿Se puede visitar alguna molina? 

Si de verdad quieres ver una molina, entonces tienes que ir a la Asomada. Allí está Francisco Cabrera, un verdadero entusiasta del gofio, de las molinas y del patrimonio etnográfico. Francisco es el único molinero de Canarias, y por lo tanto del mundo, que sigue elaborando gofio de manera artesanal en su Molina de la Asomada. Es un espectáculo que no te puedes perder.

¿Quienes eran los propietarios de los molinos y las molinas?

Los molinos eran infraestructuras mancomunadas, pertenecían al pueblo, y el molinero cobraba en especias ya fuera grano o harina, que después podía vender. Sin embargo, las molinas eran propiedad de una familia y su gestión era similar a cualquier otro negocio.

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