Fuerteventura es una isla muy agradecida. Sus campos se llenan de verdor, cuando el sol hace acto de presencia tras unos pocos días de lluvia. Durante las jornadas primaverales, en las que la tierra todavía desprende ese característico y penetrante olor a humedad, son muchos los majoreros que se aventuran a salir al campo a recolectar “criadas”.
Si no resides en Fuerteventura, o no estás familiarizado con el castellano que se habla por estos lares, quizás, al leer la palabra “criada”, no sepas a qué nos estamos refiriendo, y qué tienen de especial las susodichas “criadas”.
Para ponértelo fácil, te diremos que, en Fuerteventura, se denominan “criadas” a las trufas blancas del desierto que crecen salvajes, por los jables.
Las trufas son esos hongos por los que tanto se pirran los amantes de la cocina Gourmet. Hay muchos tipos de trufa, pero solo unas pocas tienen interés gastronómico. Las trufas negras de la variedad tuber (tuber melanosporum), son las más cotizadas en el mercado, y, por supuesto, las más conocidas por todos. Alcanzan valores desorbitados. Su precio fluctúa mucho, dependiendo del año, llegando ha pagarse 6000 € el kilo.
Las trufas que se dan en Fuerteventura son de otro género de hongo. Pertenecen a las Terfezias, más humildes y cuyo precio en el mercado ronda los 50 € el kilo. Pero, no por ello son menos estimadas por los chef y los amantes de la buena cocina.
Las trufas negras se utilizan fundamentalmente para aromatizar comidas, mientras que, las terfezias apenas tienen olor, y se comen como cualquier otro hongo o tubérculo. Su sabor es suave y agradable, parecido a la avellana. Contienen cantidades importantes de proteínas y antioxidantes.
¿Qué es la trufa?
La trufa es un hongo hipogeo que crece en el subsuelo. Es producto de la simbiosis entre el micelio del hongo y las raíces de un vegetal superior.
El micelio del hongo rodea las raíces más finas de la planta, formando una estructura abultada. Una vez conseguido el equilibrio entre la planta y el hongo empieza la producción de trufas. Cuando éstas alcanzan la madurez desprenden un característico aroma.
Aunque, para rastrear algunas variedades de trufas, es típico utilizar perros, e incluso cerdos, para las trufas que se dan en Fuerteventura es más efectivo el conocimiento del campo y la experiencia.
¿Qué variedades de trufas hay en Fuerteventura?
En Fuerteventura se dan 3 variedades de terfezias. A pesar de sus diferencias, en la isla, se les llaman indistintamente criadas, turmas, criadillas, criadillas de tierra o papas crías.
Estos hongos comestibles tienen un diámetro de entre 2 y 10 cm, aunque pueden encontrase ejemplares mucho más grandes. Su carne tiene una coloración blanquecina rosácea reticulada, originada por la presencia de una gran cantidad de venas.
¿Cómo reconocer dónde es probable encontrar trufas?
Buscar trufas, en Fuerteventura, es como ir al encuentro de un tesoro escondido. Si esta actividad se realiza con moderación, amor y respeto por el medio ambiente, pasaremos una divertida jornada en plena naturaleza, y no tendría que suponer un peligro para nuestro querido entorno natural.
Como hemos señalado, líneas arriba, las trufas están asociadas a una planta superior. En Fuerteventura, es habitual encontrarlas asociadas al turmero, una planta que habita en laderas áridas y zonas arenosas de la costa.
Esta planta arbustiva, más bien rastrera, no sobrepasa los 30 cm de altura y puede llegar a poco más de 50 cm de extensión. Se caracteriza por ser una planta muy ramificada con base leñosa, de tallos ascendentes. Es fácil reconocerla, sobre todo, por su característica flor amarilla, cuyos sensibles pétalos, se caen al tocarlos.
También se encuentran trufas en las raíces de los estillejos (Helianthemum villosum y Helianthemum ledifolium). Pero, con localizar los turmeros tendremos más que suficiente.
A escasa profundidad se encuentran enterradas las terfezias más pequeñas y las que más destacan sobre el terreno. Mientras que las grandes trufas suelen estar más en el interior. Así que, si nos topamos con las primeras, más fácilmente hallaremos las segundas.
El signo inequívoco de que bajo un turmero hay trufas es gracias al “regaño” que se forma en la tierra, cuando crecen las ternezas. El regaño es un abultamiento en la tierra, que, a veces, de manera muy sutil queda cuarteado. Parece una erupción de tierra, en miniatura.
¿Desde cuándo se comen trufas en Fuerteventura?
La tradición de recolectar trufas en Fuerteventura es ancestral. Posiblemente los aborígenes mahos ya comían trufas, al final del invierno y comienzo de la primavera, cuando suelen escasear los alimentos. No olvidemos que los mahos llegaron, en torno al siglo I de nuestra era, desde el norte de África, y allí, este alimento, se come desde hace milenios.
No solo eso, como curiosidad histórica podemos añadir que, muy probablemente las trufas tuvieron, de alguna manera, conexión con lo sagrado en la cultura aborigen. La madurez de la trufa se da en torno al equinoccio de primavera, y uno de los lugares donde más criadas se localizan, de toda Fuerteventura, es en los alrededores de la Montaña de Tindaya.
¿Cuándo es la mejor época para coger criadas en Fuerteventura?
El tiempo más apropiado para recoger criadas es entre marzo y abril, al comienzo de la primavera. Si las lluvias del otoño e invierno han sido generosas la cantidad de papas crías, que se pueden encontrar será muy buena y su tamaño también.
¿En qué momento del día es mejor ir a coger papas crias?
Las personas experimentadas tienen dos momentos al día especiales para ir a coger criadas. Muy temprano por las mañanas, casi antes del amanecer, o justo o al caer el sol. En esos momentos del día, la luz del sol es casi rasante, e incide de manera particular en el suelo, haciendo que el “regaño” se note un poco más.