La localidad de Morro Jable, al sur de Fuerteventura, se ha convertido en uno de los referentes turísticos más importantes de la isla. El motivo principal son sus extensas playas de arena fina y de aguas limpias y transparentes. Los bellos parajes naturales, que rodean este enclave, también contribuyen a que miles de turistas decidan venir a Morro Jable a pasar sus vacaciones.
Los orígenes de Morro Jable como asentamiento permanente se remontan a los finales del siglo XIX, cuando Cirilo López Umpiérrez, el primer habitante de la zona fijó su residencia aquí. Cirilo llegó a Morro Jable huyendo de la guerra de Cuba y decidió construir una casa-chabola en la desembocadura del valle del Siervo, junto a la playa. Poco a poco se fueron uniendo más familias procedentes de Cofete, el norte de Fuerteventura y Lanzarote. Por aquella época el motor económico de Morro Jable era la pesca, la agricultura y la ganadería caprina.
Podríamos decir que Morro Jable se divide actualmente en tres zonas bien diferenciadas. Una es el puerto marítimo, a donde llegan los ferrys procedentes de Gran Canaria; otra el casco histórico del pueblo, que se desarrolla en el cauce del barranco del Siervo; la tercera es la playa del Matorral y todo lo que queda a sus espaldas. En esta última zona es donde mayor concentración de hoteles hay.
5 Lugares que no te puedes perder en una visita por Morro Jable
1 – Pasear por el casco histórico
El casco histórico de Morro Jable se caracteriza por sus estrechas y empinadas calles. Paseando por ellas podrás ver esculturas en bronce que homenajean a personajes queridos de la localidad como fueron Cirilo López, Willy Brandt, Juan Placeres y Andrés Hierro “El Rubio”, entre otros. También hay esculturas dedicadas a personajes anónimos pero igual de importantes como fueron pescadores, cabreros y gentes de la mar.
En el escarpe que se levanta junto al mar está la nueva Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Las extraordinarias vistas de las que puedes disfrutar desde este enclave lo convierten en uno de los miradores más espectaculares del pueblo. Desde aquí se divisan tanto las amplias playas como su puerto marítimo.
Bajo el escarpe y pegando a la playa está la Avenida Tomás Grau Gurrea. Aquí está la mayor concentración de restaurantes del pueblo en los que podrás saborear desde platos típicos canarios y pescado fresco, hasta una amplia y variada carta internacional adaptada al perfil del turista.
Un poco más adelante se localiza la primera iglesia del pueblo levantada a mediados del siglo XX. Fue utilizada durante un tiempo como colegio.
Es de reseñar que antaño se instaló, en la plaza, una singular campana, conocida por todos como “La Campana de Cofete”, que fue encontrada en bolla marítima procedente de la costa de Florida, que las corrientes del Golfo la llevaron hasta la playa de Cofete.
2 – Playa de la Cebada
La Playa de la Cebada se localiza en el casco histórico de Morro Jable. Es la ensenada comprendida entre la desembocadura del barranco del Siervo y la Punta de Morro Jable. Está compuesta de arena fina y dorada, con aguas de color aturquesado, ideal para practicar deportes acuáticos. Es, además, un estupendo enclave donde pasar el día en familia y con los amigos, disfrutando de las olas y la arena.
Esta playa fue, durante siglos, uno de los puertos más importantes de Fuerteventura. Desde aquí se embarcaban toneladas de cereal y de piedra.
3 – Playas de El Matorral y Morro Jable
Las playas de El Matorral y Morro Jable están unidas de forma natural, formando una de las playas turísticas con mayor extensión de Fuerteventura. Más de 4,5 kilómetros de longitud, y 60 metros de ancho tendrás para disfrutar a lo grande. Es ideal para dar largos paseos.
El faro, visible desde toda la playa, sirve tanto de señal marítima a los navíos como de línea divisoria entre la playa nudista al norte del faro y la playa no-nudista al sur.
4 – Saladar de Jandía.
El Humedal de Jandía es un Sitio de Interés Científico. Se encuentra a las espaldas de la playa del Matorral. Es el único humedal de Canarias integrado en la red Ramsar, un tratado intergubernamental que sirve de marco para la conservación de los humedales y sus recursos. El Saladar destaca por la riqueza de su flora y por ser zona de recalada de aves marinas, que le confieren un alto valor científico
Este espacio natural cuenta con una extensa comunidad vegetal donde abundan uvillas de mar, matomoros, salados y balancones entre otras especies. También habitan dos especies endémicas de reptiles: el lagarto atlántico y el perenquén. Si te gusta la observación de aves tráete tus prismáticos. En el Saladar de Jandía nidifican una buena variedad de aves zancudas y de tarabillas canarias.
5 – Antiguas Salinas del Matorral
Las Salinas del Matorral se sitúan a la izquierda del faro. Todavía es visible una de las estructuras que servía para bombear el agua del mar hacia el interior. Estas salinas se construyeron en los años 30 del siglo XX y estuvieron funcionando hasta 1950, fecha en la que Gustav Winter adquirió la propiedad. La idea de Gustav Winter era la de instalar, en la zona, una factoría de conservas y harinas de pescado. Para materializar este proyecto contaba con una pequeña flota de once pesqueros, que había comprado en Francia.
Las Salinas del Matorral producían sal todo el año alcanzando las trescientas toneladas anuales, que eran exportadas a Tenerife y Gran Canaria por el Puerto de La Cebada.
No queremos terminar este artículo sin hacer mención al origen del topónimo de Morro del Jable. El nombre fue dado por los conquistadores franco-normandos en el siglo XV, quedando el topónimo en la isla desde entonces. Es una adaptación de la palabra francesa “sable” (arena) unida a “morro” que es una elevación puntual de roca basáltica desnuda y que surge, generalmente, de la erosión de relieves alomados.