Entre las actividades más valoradas por turistas y locales se encuentran las representaciones de carácter histórico.
Estos eventos, donde se recrean acontecimientos acaecidos tiempo atrás, no pretenden ser un fiel reflejo de nuestro pasado, pues sería imposible recrear un hecho histórico per se. Además, la localidad que acoge un hito de esta naturaleza suele elegir aquel episodio en el que sale vencedora.
Las representaciones históricas se hacen, más bien, como una forma entretenida e interesante de acercar la historia local de manera más directa, más viva y más inolvidable a los vecinos de la localidad y, sobre todo, a los foráneos.
Estos eventos son un auténtico revulsivo económico y turístico para los pueblos que se suben al carro de las teatralizaciones históricas. Por ello, desde hace algunas décadas se vienen desarrollando, a lo largo y ancho de toda España, un sinfín de recreaciones históricas. Además de potenciar un hito patrimonial material o inmaterial, estas fiestas donde participan buena parte de la gente local, defienden sus valores culturales, dando a conocer lo ocurrido en una época concreta y recreando aquellos tiempos de esplendor.
En la mayoría de las islas del Archipiélago Canario se representa algún acontecimiento histórico. En Fuerteventura, desde hace ya varios años, se recrean las batallas de Tamasite y El Cuchillete, ocurridas a finales de 1740. En ambas los majoreros salieron vencedores.
Batallas de Tamasite y El Cuchillete
Antecedentes:
En octubre de 1739 Inglaterra declaró la guerra a España. Esta fue una guerra puramente comercial en la que se disputaba el derecho a comerciar con esclavos en América. Esta situación bélica fue denominada “Guerra de la oreja de Jenkins” o Guerra del “Asiento de esclavos” (derecho a comerciar en América con 4.800 esclavos anuales durante treinta años).
Meses más tarde ya merodeaban, por aguas canarias, diversos barcos ingleses capitaneados por corsarios. Realizaron varias incursiones en nuestras aguas y apresaron a todo navío que se cruzaba en su camino. Los corsarios no se conformaron solo con el botín de los barcos que apresaban, sino que, sabiendo que las costas majoreras estaban desprotegidas, asaltaban los puertos de Fuerteventura, en especial los del sur.
Los corsarios ingleses desembarcan en Fuerteventura.
En octubre y noviembre de 1740 se produjeron en Fuerteventura dos importantes desembarcos, con sus respectivas incursiones tierra adentro. Los majoreros les plantaron cara y salieron vencedores. Estos enfrentamientos bélicos los conocemos como la Batalla de Tamasite y la Batalla del Cuchillete.
Los preparativos para atacar a las poblaciones de Fuerteventura comenzaban meses antes en América, concretamente en Boston. Allí jóvenes con ganas de vivir nuevas experiencias, y veteranos con formación militar, se enrolaban en buques de guerra tipo sloop. Estos navíos tenían capacidad para albergar 14 cañones y 75 hombres. Los tripulantes trabajarían como corsarios para la colonia inglesa.
Los rotativos de la época publicitaban la oferta de trabajo como una gran aventura para “ir en busca de españoles”.
En la mañana del 13 de Octubre de 1740 el buque Vernon capitaneado por el corsario Willes arrió a la playa de Gran Tarajal.
50 hombres bajaron a tierra y saquearon la zona de Tuineje.
Los majoreros armados con piedras y palos, y liderados por el Teniente Coronel Sánchez Umpiérrez decidieron enfrentarse a los asaltantes. Esta batalla es conocida como la batalla de “El Cuchillete”. En ella, los ingleses perdieron 33 soldados, los demás fueron capturados y llevados a Tenerife. Por la parte de Fuerteventura hubo tan solo tres fallecidos: Agustín de Armas, Diego Chrisóstomo y Juan de Oliva.
Tras la victoria de Octubre las milicias majoreras se pusieron en alerta y prepararon elementos defensivos, para poder repeler cualquier otro intento de invasión. Pero la tranquilidad no duró mucho. El 24 de noviembre de 1740 otro barco inglés consiguió llegar a la costa de Gran Tarajal. Era el Sant Andreu y estaba capitaneado por el corsario Davidson. El buque de guerra procedía de Jamaica.
En esta ocasión desembarcaron 56 hombres. Los invasores recorrieron, sin esfuerzo, los 14 kilómetros que separan la playa de Gran Tarajal de la localidad de Tuineje. Intentaron saquear nuevamente el pueblo, pero los vecinos de Fuerteventura estaban avisados. Cuando llegaron los ingleses el pueblo estaba vacío, y tras saquearlo fueron emboscados por las milicias majoreras que, esta vez, sí contaban con algún arma de fuego arrebatada a los ingleses en la anterior contienda. El enfrentamiento se libró en un descampado, en el Llano del Florido, donde quedaron los 55 ingleses tendidos sobre el campo de Tuineje. Esta fue la célebre “Batalla de Tamasite”.
Las dos batallas: La de Tamasite y la del Cuchillete, se caracterizaron por la utilización de camellos como escudo.
Cada año, y de manera lúdica, se representan las victorias del 13 de octubre y del 24 de noviembre como si fueran una sola. El evento se conoce como la Batalla de Tamasite. Se rememora dentro de las Fiestas Juradas de Tuineje, declaradas BlC, de Interés Turístico Nacional y Regional.
Las representaciones históricas se realizan tanto en algunos de los lugares del municipio de Tuineje, donde transcurrieron las contiendas, como en diversas localidades de la isla.
Ahora bien, el desembarco en la Playa de Gran Tarajal, que se suele celebrar cada 12 de octubre, al medio día, es la parte que más expectación suscita y la que más público atrae. Más de 200 figurantes participan activamente en esta teatralización.
Al día siguiente se representa, en la localidad de Tuineje, la victoria de los majoreros sobre los corsarios ingleses.
Así que, si estás en Fuerteventura durante la primera quincena de octubre no dejes de acudir a este evento y empaparte de nuestra historia.