Basta un pequeño recorrido, de no más de 3 kilómetros, como la subida a la Montaña de la Muda, para darse cuenta de que Fuerteventura atesora una importante riqueza paisajística.
¿Dónde se encuentra la Montaña de la Muda?
La Montaña de la Muda se alza frente a la localidad de La Matilla. Pertenece al municipio de Puerto del Rosario, siendo este enclave el límite septentrional del municipio capitalino. Su cima, a 689 metros sobre el nivel del mar, la convierte no solo en la mayor elevación del norte de Fuerteventura, sino también del Paisaje Protegido de Vallebrón, al que está inscrita.
El Paisaje Protegido de Vallebrón, representa una unidad geomorfológica de relieve en cuchillo, de gran belleza, y de alto valor paisajístico y etnográfico.
Su estratégica situación, enclavada frente a la montaña mágica de Tindaya, unida a la abundancia de agua y su altitud, favoreció que, desde los primeros momentos de la ocupación de Fuerteventura, esta elevación tuviera una gran relevancia. Tanto es así, que la zona más alta de la montaña era conocida, desde el siglo XV, como “Iglesia de los Majos”, “Iglesia de los Canarios”, “Oratorio de los majos”, e incluso, “humilladero de los antiguos majos”.
Sendero Montaña de la Muda
El sendero habilitado por la cara sur de la Montaña de la Muda es bastante pendiente. En poco menos de 3 kilómetros de recorrido pasarás de los 340 metros de altitud a los 575. Guiará tus pasos desde la base de la Montaña de la Muda hasta una planicie: el Espigón de la Mesa, un lugar lo bastante alto como para poder admirar toda la belleza natural que te rodea.
Más arriba de la planicie no es aconsejable subir, pues no hay senderos habilitados y el viento sopla con mucha fuerza por estos lares, llegando provocar accidentes.Además esta zona es especialmente sensible al tránsito de personas. Sin querer, podríamos estar alterando y modificando las huellas de nuestros ancestros.
El inicio del sendero se encuentra en el km 13 de la carretera Fv-10, a escasos 500 metros de la aldea de La Matilla.
Al borde de la carretera hay un apartadero, flanqueado por pequeños postes de madera. Tiene capacidad para estacionar 2 o 3 vehículos, no más.
Una vez aparcado el vehículo dirige tus pasos hacia una ancha pista de tierra, con escalones.
A los pocos minutos de comenzar la ruta veremos varias estructuras de interés etnográfico. La primera y más destacada es un soco de pastor.
Los “socos” o “zocos” son refugios de piedra utilizados por los antiguos pastores de Fuerteventura para pernoctar, y resguardarse de las inclemencias del tiempo. Estos refugios se encontraban en puntos de buena visibilidad, en las rutas más frecuentadas por los rebaños. Aunque era usual utilizar pequeñas cuevas naturales, e incluso grietas volcánicas, lo más habitual era recurrir a la construcción de los socos.
Próximo al soco encontramos varias “gateras”. Son estructuras de tendencia circular, de no más de un metro y medio de diámetro, fabricadas con piedras y techadas con arbustos ( aulagas y espinos fundamentalmente).
La misión principal de las gateras era la protección de los baifos (crías de cabras). Los pastores ponían las cabras paridas con las crías en estas gateras, durante algo más de una semana. Con esta acción evitaban que los cuervos, o los perros salvajes, matasen a los baifos. Cuando no había espacio suficiente para que permaneciese la cabra con la cría, los recintos se denominaban “goires” o “toriles”, y en ellos se introducían, exclusivamente, a los baifos recién nacidos.
A partir de ese punto la senda se estrecha, se vuelve bastante sinuosa, cruzando en varias ocasiones el Barranco del Risco. La pendiente comienza a notarse. Si no estás acostumbrado a las ascensiones prolongadas, haz varias paradas para observar tu progreso hacia la cima.
En la zona intermedia del sendero y justo por los puntos donde la senda pasa de un lado al otro del barranco, encontrarás tres pozos reforzados con piedras. Estos pozos son conocidos como Fuentes del Chupadero.
En la Montaña de la Muda hay una docena de pozos, que se han sido utilizados desde hace siglos para extraer tanto las aguas filtradas en el subsuelo, como las aguas superficiales arrastradas por las escorrentías.
En la parte superior de la senda, y a escasos metros del final, verás una antigua era en la que se trillaban los cereales. Las laderas de la Montaña de la Muda estuvieron antaño cultivadas de cereal.
Una vez lleguemos a la pequeña planicie se abre ante nuestros ojos, imponente, la Montaña de Tindaya. Si subimos, solo unos metros más, divisaremos buena parte de la costa oriental y occidental de Fuerteventura, incluso, en los días claros el panorama se extiende hacia el norte divisando el islote de Lobos y la vecina isla de Lanzarote.
La visión hacia el sur es igual de espectacular, observándose en primer plano el Aceitunal, el Morro de la Fortaleza, un poco más allá el macizo de Betancuria y, en la lejanía, las cumbres de la Montaña de Cardón.
Fauna y flora destacable de Montaña de la Muda
La diversidad florística de la Montaña de la Muda varía enormemente entre sus vertientes norte y sur.
Por el lado sur, la vertiente que hemos comentado en este artículo, encontramos especies vegetales de hábitat más áridos como son las esparragueras, tabaibas, aulagas, espinos de mar y verodes.
En la vertiente norte habitan altabacas, matos, tasaigos, joraos, y turmeros entre otras especies, pero también hay acebuches.
En cuanto a la fauna destacan las aves, como la calandria canaria, la bisbita caminero, el alcaraván, la ganga ortega, corredor, perdiz moruna, avutarda, la abubilla y el herrerillo. Revoloteando por la zona no dejarás de ver cernícalos, aguilillas, guirres, y los omnipresentes cuervos.
Ah, por cierto, la Montaña de la Muda cuenta con otro sendero por su flanco norte: El sendero PR – FV 9. Si te interesa conocer más sobre estos senderos estate atento a las publicaciones del blog, o mejor aun, inscríbete a nuestro newsletter.