Tras las huellas de Unamuno en Fuerteventura

D. Miguel de Unamuno fue uno de los más insignes dramaturgos españoles del siglo XX. Sus profundas convicciones morales y éticas le llevaron a escribir, en más de una ocasión, discursos contra el rey Alfonso XIII, el dictador Primo de Rivera, el general Millán Astray, y otros tantos que cercenaban la libertad de expresión.

Sus furibundos ataques a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, en febrero de 1924, ocasionaron su destitución fulminante como vicerrector de la Universidad de Salamanca. Además fue desterrado a la isla más desértica, incomunicada y desolada de España: a Fuerteventura.

Unamuno contaba con 60 años cuando lo enclaustraron en Fuerteventura. Lejos de convertirse en una dura cárcel de viento y arena, como pretendía el régimen, fue una oportunidad para que, Don Miguel, se enamorarse de una isla mágica. 

Así describió su confinamiento en la isla: 

Baños de sol por la mañana, almorzar, siesta, partida de ajedrez, lectura, tertulia, cenar, paseo nocturno y de vez en cuando excursión.

En otro pasaje cuenta:

En mi vida he dormido mejor. ¡En mi vida he digerido mejor mis íntimas inquietudes!

Fueron, tan solo, 4 meses los que estuvo el filósofo en Fuerteventura, de marzo a julio de 1924, tiempo suficiente para dejar una honda huella en su espíritu y en las gentes de aquí. 

Casa Museo Miguel de Unamuno

Unamuno y el ex diputado republicano Rodrigo Soriano, también desterrado a Fuerteventura por Primo de Rivera, se instalaron en la pensión de Francisco Medina Berriel. 

Unamuno y Soriano llamaban al humilde alojamiento “Hotel Fuerteventura”. Desde 1995 el inmueble se ha convertido en la Casa Museo de Unamuno. Es un excelente enclave para empezar a descubrir a Unamuno en su destierro.

El museo se encuentra en Puerto del Rosario, frente a la puerta lateral de la iglesia capitalina. 

Las paredes del antiguo “Hotel Fuerteventura” son el soporte expositivo de la palabra escrita de Miguel de Unamuno. La casa recrea el ambiente de una vivienda de los años veinte del siglo pasado. Cuenta con fotografías de las personas que formaron parte de la vida del escritor en la isla, así como muebles de la época: la mesa de despacho y la cama que utilizó. 

Sobre el escritorio se posan las características pajaritas de papel que Unamuno elaboraba. 

La Casa Museo Miguel de Unamuno está dedicada a difundir la obra que el escritor produjo en Fuerteventura, y cuyo eje fundamental es la isla.

Montaña Quemada – Monumento a Unamuno

Ahora bien, si quieres conocer uno de los rincones que más cautivó al escritor vasco, entonces, tienes que trasponer hasta la base de Montaña Quemada.

Montaña Quemada es un pequeño cono volcánico, de 366 metros, que se levanta justo en la frontera entre los municipios de Puerto del Rosario y La Oliva.

Allí, al pie del volcán y mirando hacia la montaña de la Muda, se alza una inmensa estatua que reproduce la figura de Unamuno.

Aunque, a primera vista pueda parecer este un lugar un tanto extraño para plantar la mayor obra escultórica que homenajea a Unamuno, no lo es tanto si leemos las siguientes letras del autor:

 Si viese que mi fin se acercaba y que no podía morir en mi tierra más propia, en mi Bilbao, donde nací y me crié o en mi Salamanca, donde han nacido y se han criado mis hijos, iría a acabar mis días ahí, a esa tierra santa y bendita, ahí, y mandaría que me enterrasen o en lo alto de la Montaña Quemada o al lado de ese mar, junto a aquel peñasco a que solía ir a soñar o en Playa Blanca.

Acceder hasta el monumento homenaje a Miguel de Unamuno de Montaña Quemada es fácil. Hay que hacerlo desde Tindaya, a través de una pista de tierra que encontrarás a la entrada de la localidad, y que sale dirección sur. 

La manera más sencilla de llegar al sendero es aparcando en la Casa Alta de Tindaya y dirigiendo tus pasos por la Calle Virgen de la Caridad. A escasos 100 metros de la Casa Alta de Tindaya verás un camino a mano derecha. Cógelo y en apenas 20 minutos estarás a los pies de la escultura.

Algunos datos curiosos del monumento homenaje a Miguel de Unamuno:

  • Mide unos 7 metros de altura: Sobre un prisma de 3 metros, se alza la figura en piedra de Unamuno, la cual mide 4 metros de altura.
  • Se tardó 10 años y 2 días en ser inaugurada oficialmente: La idea de hacer un gran monumento a Unamuno para plantarlo en Montaña Quemada se gestó en 1964. El escultor Borges Linares realizó la escultura siguiendo un boceto de Juan Ismael. Borges Linares la terminó y presentó el 20 de noviembre de 1970. La estatua de Unamuno llegó a Fuerteventura a mediados de 1971. Se inauguró oficialmente el 22 de noviembre de 1980, aprovechando el homenaje nacional que se hizo a Don Miguel.

Unamuno, andarín consumado y viajero de mente abierta, no desperdició ninguna de las ocasiones que le brindaron sus nuevas amistades majoreras, en especial la de Ramón Castañeyra, para recorrer la isla. Lo cierto es que toda Fuerteventura le ofreció novedades para su curiosidad, y a ella le dedicó parte de su obra más intimista.

Por ello, te invitamos a que hagas lo mismo que este bilbaíno ilustre y andurrees “¡Estas soledades desnudas, esqueléticas, de esta descamada isla de Fuerteventura!”, la Betancuria “sin frailes milagreros” o “las montañas de esta isla acamellada”.

 

Deja una respuesta