Fuente de Tababaire: Un paseo con mucha historia

Fuerteventura te ofrece una amplia variedad de experiencias para que disfrutes de tu estancia en esta isla paradisíaca. Aquí además de recorrer playas infinitas de arenas claras, podrás descubrir su rico patrimonio etnográfico, a veces, poco valorado por las instituciones.

Hoy os proponemos visitar la Fuente de Tababaire, un ancestral manadero de agua.

La Fuente de Tababaire

La curiosa orografía de Fuerteventura, en la que se alternan estratos permeables con otros que no lo son, hace que podamos contemplar, con asombro, como el agua brota directamente de las rocas.

Los aborígenes, para abastecerse del agua necesaria, en una isla tan árida como la nuestra, dedicaban muchas horas a la búsqueda de esos nacientes. Cerca de los lugares de abastecimiento o donde pasaban largo tiempo con su ganado, los mahos, dejaban su impronta a modo de grabados rupestres. Por ello, no es de extrañar encontrar petroglifos en las proximidades de los manantiales históricos.

Algunos de los nacientes han continuado en uso, desde épocas prehispánicas hasta bien pasada la segunda mitad del siglo XX. La Fuente de Tababaire es un claro ejemplo de ello.

Tras la colonización castellana, la Fuente de Tababaire siguió surtiendo de agua a la población cercana, especialmente a los pueblos de La Oliva y Vallebrón. No solo eso, sino que Tababaire era uno de los manantiales protegidos por las autoridades de la época.

Los vecinos de La Oliva, Vallebrón y Tindaya, fueron durante siglos, los encargados de limpiar y acondicionar la fuente. Además, debido a que el manantial se encontraba en alto, a más de 450 metros sobre el nivel del mar, y para evitar que el agua se ensuciase o contaminase, se prohibió que el ganado se acercase a beber. Tampoco estaba permitido lavar la ropa en ella.

Las personas que incumplían estas normas eran multadas con  cuantías que iban desde los 600 a los 1.000 maravedíes.

Esta fuente tuvo una gran influencia en el desarrollo de la agricultura de la zona. Uno de los caños agrícolas más importantes de La Oliva, el Caño del Manchón, que desemboca en La Rosa del Coronel, procede precisamente de las correntías de las aguas de Tababaire.

¿Dónde se encuentra la Fuente de Tababaire?

La Fuente de Tababaire se localiza en el municipio de La Oliva, concretamente en el flanco norte de los Morros de Tababaire.

Para situarte, si te colocas mirando a la Casa de los Coroneles, está en las montañas que hay justo delante y a la derecha.

¿Cómo llegar hasta la Fuente de Tababaire?

Hay dos caminos históricos que te dan acceso hasta la Fuente de Tababaire. Uno de ellos parte desde la Casa de los Coroneles y sube por la empinada ladera del Morro de los Rincones. El otro recorrido sale desde Vallebrón. Hoy nos centraremos en esta última senda, mucho más corta, sencilla y apta para todas las condiciones físicas. Para ello tienes que llegar hasta la Ermita de San Juan Bautista, en Vallebrón. Sigue hasta el final de la Calle Valle Chico, donde termina el asfalto. Ese es un buen lugar para dejar el vehículo y empezar el paseo a pie.

A unos 100 metros, una vez ya en la pista de tierra, encontrarás una bifurcación. Continua por la derecha, sin desviarte del camino principal. En apenas 30 minutos de haber comenzado el recorrido ya habrás llegado a la Fuente de Tababaire. El sendero es muy amplio y de escaso desnivel, ideal para ir con niños de corta edad.

Un moderno camino empedrado te dará la bienvenida a la Fuente de Tababaire. A mano derecha verás que el agua rezuma por las paredes y va a parar a una rústica pila. Sube la vista un par de metros, descubrirás un pequeño hueco en la roca cubierto por una pared de mampuestos y argamasa. Este muro, con tres vanos abiertos, protege la pequeña “piscina”, excavada en la roca, que recoge las aguas que se han ido filtrando.

Pasado el naciente se instaló, en 2010, un espectacular mirador. El enclave es ideal para descansar, tomarse un tentempié y admirar las espectaculares vistas que te ofrece el norte de Fuerteventura. A la izquierda se divisan los llanos de Tebeto y el Barranco de Esquinzo. Hacia el frente se distinguen los pueblos de La Oliva, Lajares, Majanicho y El Cotillo. Y los días claros se vislumbra perfectamente el perfil de Lanzarote.

La Fuente de Tababaire también ha dejado su huella en las tradiciones orales y en el folclore de nuestra isla. El acervo popular cuenta que, cerca de este atávico manantial, habitaba el Diablo, en una cueva que todavía lleva su nombre: “La Cueva del Diablo”.

Por su parte, el folclore nos ha dejado el siguiente compás en forma de berlina, que tiene como protagonista el amor y las aguas de Tababaire, sin duda, una bonita mistura.

Está el Morro Tababaire
con sus fuentes cristalinas,
que nos brindan nuevos aires
con aguas de cristal finas.
Cuando vayas a la montaña
toma agua con cuidado,
porque el agua (de) la montaña
mata a los enamorados.

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